¿Vino y salud?

domingo, 27 de junio de 2010




Victoria Torres Diez

Licenciada en Enología



Ya nos hemos acostumbrado a la asociación de “vino y salud”. Lejos de estar en contra de esta relación, sí que he de decir que este vínculo puede ser peligroso si se habla de ello banalizándolo. No valen las posturas que alaban el vino sin ningún argumento sólido cayendo en estereotipos baratos, ni las que al contrario lo demonizan tan sólo por el hecho de contener alcohol. Está claro que el vino es una bebida alcohólica y el etanol es muy negativo para la salud humana. Pero como todo, depende de la dosis.

El vino está considerado un alimento porque aporta elementos como vitaminas y ciertos oligoelementos imprescindibles para la funcionalidad básica de un organismo. Aparte de esto, entra en juego el valor beneficioso de los compuestos polifenólicos y del alcohol (siempre en consumo moderado). Los flavonoides, un tipo de compuesto fenólico que proviene de la uva (pieles y semillas) o del raspón, poseen un más que demostrado efecto antioxidante que reduce el riesgo de ciertas enfermedades y retrasan el envejecimiento. Por otro lado existe un elevado número de estudios científicos realizados que concluyen que el consumo moderado de bebidas alcohólicas es beneficioso para la salud. Según estos estudios, el alcohol en moderación actúa como cardioprotector ya que facilita la circulación sanguínea al disminuir su viscosidad, disminuyendo así el riesgo de accidentes cardiovasculares.

La parte negativa viene con su abuso. Actualmente se considera que, en el hombre adulto, la lesión hepática aparece con un consumo medio de 60 g de alcohol al día. Una botella de vino de 750 ml contiene aproximadamente 72 g de alcohol, por lo que un consumo de unos 420 ml de vino, repartidos entre comida y cena, será un consumo moderado para un hombre adulto sano, y viene a ser lo que algunos autores definen como tres vasos al día. Para la mujer, por razones metabólicas, se considera que la dosis moderada de alcohol es la mitad de la del hombre.

La composición del vino es tan compleja como su estudio. Aún queda mucho camino por recorrer, pero nos quedaremos con algo que ya decían los griegos: el vino es una confluencia biológica donde se encuentra el alimento, el tóxico y el medicamento.

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